PREGÓN DE FIESTAS LA CARRIONA 2012
Muy buenas tardes a todas las vecinas y
vecinos de La Carriona, así como a los que quieran compartir con nosotros las
Fiestas en honor del Santísimo Cristo de la Misericordia, sean bienvenidos.
Lo cierto es que no sé muy bien lo que
hago aquí, haciendo de pregonera y compartiendo mesa con la Alcaldesa Pilar
Varela, con lo que esta mujer tiene que bregar cada día.
Y yo sudando la gota gorda porque, si bien es verdad que desde siempre me gusta más un Boli con el que poder
emborronar papeles, que unas zapatillas para eso tan saludable de dar zapato,
la llamada de Fran Mora, presidente de la Asociación de Vecinos La Xunta de La
Carriona, en cierta forma me sorprendió. Fran me dice, y lo comparto con él,
que las fiestas en honor de nuestro Patrono hay que celebrarlas un año más con
“folixa”, porque estamos en Asturias y porque a pesar de la crisis o,
precisamente por eso, estos días tenemos que divertirnos, que para eso son
nuestras fiestas.
Mirando un mucho hacía atrás, vemos
que este pueblo ha ido cambiando y, desde luego, mejorando más y más cada día.
Me fastidia recordar, cuando gentes de
toda la geografía española llegaban a Avilés en pos de un trabajo, una vida
mejor. Parecía que el ansiado maná estaba aquí, que se regalaba a manos llenas
pero…
Nada más lejos de la realidad. La mayoría
de las personas de mi generación, bien sabido tiene que no fue nada fácil.
Avilés no estaba preparada para acoger dignamente a tantas familias y, mucho
menos nuestro barrio. Si bien es cierto que a través del tiempo se fueron construyendo
casas, La Carriona, durante muchos años siguió estando huérfana del líquido
esencial del agua para vivir, para hacer una sopa, lavar nuestros trapitos y,
cómo no, darnos una duchita después de
un día de durísimo trabajo.
En cuanto a cuestiones culturales y
educativas, las pocas escuelas que había estaban masificadas, —parece que aquí
se había improvisado un barracón para paliar, en la medida de lo posible, la
sequía, no sólo del líquido elemento, sino la escasez de espacio, de centros
donde acoger a tantas niñas y niños. En las antiguas escuelas de Miranda, el
maestro don Vicente “acomodaba” a sus alumnos en banquitos, a mi hijo José
Fernando entre ellos, en el que pudieran sentarse con sus libros en las
rodillas, y tan contentos. Las normas eran estrictas: “Si alguno de vosotros va
a faltar mañana, ¡quieto parado! Hay que avisar para pasar a los del banquito al lugar que les corresponde”.
Las escuelas construidas en la Pedrisca,
—La Carriona –Miranda, Miranda –La Carriona, me da exactamente igual, fueron
decisivas para romper con la masificación de alumnos en las aulas.
Suele decirse que las obras de palacio
van despacio. Justo es decir que en los últimos tiempos La Carriona se ha ido
trasformando. Las calles han sido recientemente pavimentadas, desagües y
colectores, saneados, aunque aún hay una parte importante del barrio al que no
le ha llegado su turno. Esperamos que, aunque la crisis apriete, no caiga en el
olvido.
Como no cayó en el olvido este Centro
Cultural. Ojalá más pronto que tarde se puedan hacer actividades que sirvan,
tanto a jóvenes como a mayores, para disfrutar, que den un sentido real a tanto
espacio, las más de las veces, desaprovechado.
El parque de La Carriona al
que acuden a diario, tanto personas mayores como niñas y niños, con la mejora
de las zonas de juego infantil y la colocación de numerosos aparatos de
gimnasia al aire libre para ocio y disfrute de personas mayores supersaludable.
También se ha realizado la reparación de
la llamada Casa del Cura, que parecía la casa del terror —miedo daba pasar por
debajo de las traviesas que la apuntalaban-—. Bueno, ahora ahí está rehecha,
estupenda y…cerrada.
Bien sabido es que las casas cerradas
se enmohecen, se echan a perder. Me suena que la restaurada Casa del Cura es
para un futuro Museo del cementerio. Para mostrar a los posibles visitantes las
maravillas de las ilustres personalidades que han sido enterradas aquí, y aquí
yacen para mayor gloria suya y de este pueblo.
No será esta humilde pensante la que diga que
eso no esté bien…
Pero como esta “vieya” se encuentra cada
día con un mogollón de jóvenes, padres y madres de familla en paro, sobra decir
que a veces sin tener donde caerse muertos, y perdón por la asociación de
“cementerio y muertos”, cuando a mi entender, y quiero que quede clarito que es
(a mi entender) lo que realmente debe preocupar son los vivos, las personas sin
trabajo, los que no saben que hacer ni a donde ir para reciclarse o aprender un
oficio. Y ya ven, en mi candidez, llegué a pensar que La Casa del Cura,
rehecha, preciosa, podía ser un lugar idóneo para que los “vivos” pudieran
tener la oportunidad de reciclarse o aprender un oficio con profesores
cualificados. Que la gente tenga ilusión y no caigan en un punto muerto, –y otra
vez disculpas por le de: “muerto”, suele ser una de las palabras que procuro ahuyentar,
siempre que puedo, de mi vocabulario, pero hoy ahí está, que le voy hacer.
Estos y otros muchos cambios han ido
poco a poco adecentando a nuestro pueblo, a través de generaciones
increíblemente olvidada.
Y
digo esto porque en la revista El
Controzo de 1991, en un artículo del Sacerdote e Historiador, don José
Manuel Feito, se pregunta:
¿Qué origen podemos buscar al toponímico
de La Carriona? Y añade: Parto del supuesto que no he hallado en ningún autor
su interpretación etimológica, ni siquiera algo parecido”. Y añade:
García de Diego en su diccionario
Etimológico (I495) –que ya ha llovido –deriva la palabra “Carril”, de aquí que
carril pudiera ser: camino para carros y Carriona un aumentativo. Y concluye:
¿Pudiera entonces tratarse de un significado relacionado con un paso o carril entre dos caminos? Pudiera.
Aunque no hace falta retroceder a las
antípodas, porque en la Gran Enciclopedia Asturiana, 1970, no recoge aún
nuestro barrio como parroquia independiente “desmembrada” de la de Miranda
desde 1964.
Desmembrar, separar, romper, es
otra de las palabras que detesto, ¡qué le voy hacer! La Carriona –Miranda,
Miranda la Carriona, como vecinas de puerta estamos destinadas a entendernos y
apoyarnos en lo que sea menester. Que conste que es una opinión personal.
En cuanto al artículo de don José
Manuel, qué duda cabe que es mucho más extenso. Pero ahí está su trabajo para
eruditos en descubrir nuestras raíces. Un pueblo nunca dejará de estar en el
mapa porque a alguien se le haya olvidado la pluma y el tintero en sabe el
cielo en qué extraños recovecos de sus entendederas.
Para terminar me gustaría añadir que la
Asociación de Vecinos La Xunta necesita de manos jóvenes y no tan jóvenes.
Llevar a buen término unas fiestas no es tarea fácil. Detrás de cualquier
evento, por pequeño que sea, hay personas que trabajan de una forma
desinteresada, justo es que tengamos que apoyarles para que nuestro barrio siga
en pie. Con ganas de FIESTA, de “FOLIXA”, orgullosos de nuestro pueblo.
FELICÍSIMAS
FIESTAS
Luisa Méndez Fdez –La Carriona
2012